martes, 29 de octubre de 2013

Técnicas y recursos artísticos utilizados para generar volúmen y profundidad en obras bidimensionales:


El volumen es un efecto que se produce cuando la luz incide en los objetos que vemos de forma diferente a la frontal. Además de esto también influyen otros factores como la intensidad de la luz, la dirección o la fuente de donde proviene. Los pintores han intentado siempre representar el efecto de volumen y profundidad en sus cuadros a pesar del formato bidimensional de estos.
Gráficamente existen diversos recursos y técnicas para representar efecto de volumen en las obras bidimensionales como:

El claroscuro es una técnica que se basa en la Distribución de los valores tonales en la organización de una obra de arte. Debe diferenciarse de luz y sombra. Toda obra presenta una relación de valores tonales claros y oscuros; la organización de los mismos hará que la representación sea bi o tridimensional.
La historia del arte muestra dos grandes tendencias en la organización de estos valores. La primera se sustenta en la distribución arbitraria de claros y oscuros, según las propias leyes del cuadro, en un puro juego de relaciones tonales planas. Son ejemplos de este modo de ordenamiento la inmensa mayoría de los primitivos, la pintura oriental y en general toda la pintura moderna a partir de los cubistas. La otra tendencia se inclina por la búsqueda de la tercera dimensión, por medio de gradaciones arbitrarias de los valores sin tener en cuenta una distribución acorde a la luz real, o bien partiendo de un foco luminoso en los objetos para obtener un gradiente de claros y oscuros que module los valores con una finalidad de sugerencia realista más marcada. En Rembrandt, por ejemplo, la técnica de los contrastes de claro y oscuro se expresa frecuentemente por medio de la centralización de la luz pictórica de un objeto que absorbe el máximo de claridad en un campo oscuro, e impregna de media luz a los demás objetos del cuadro.







La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp.
Rembrandt, 1632.






Mujer bañándose 
Rembrandt 1654.



El modelado consiste en el pasaje paulatino que va desde el valor alto de la luz al valor bajo de la sombra, con lo cual se provoca sobre una superficie la sugerencia de volumen. En el modelado, el color es gradado en su valor a través de la mezcla que sufre con blanco o negro. Así, puede hacerse permanecer el color puro en la zona de luz y la mezcla paulatina de éste con negro conducir a la sombra; o bien utilizar el color puro como valor bajo o de sombra y mezclando con blanco llegar a la zona de valor alto o luz; la tercera posibilidad consiste en dejar el color puro en la mediatinta y mezclar con blanco hacia la luz y con negro hacia la sombra.






Francisco de Zurbarán. Bodegón de jarras (1636).





Lascano. Resplandor 2007.

“Resplandor” . óleo sobre lienzo . 80 


El modulado es la sugerencia pictórica tridimensional que se puede obtener al provocar sensación de luz y sombra, basándose en el valor del color y en su temperatura. En la naturaleza por efecto de la luz sobre los objetos y debido a las diversas inclinaciones de los rayos luminosos del espectro, los distintos objetos manifiestan sobre su superficie más de un color. Así la sombra no es carencia de luz sino luz de otra calidad, la refracción  modifica los colores en la sombra. El color de la sombra es generalmente el opuesto de aquel que se encuentra en la zona de luz, siendo éste más cálido que el color que se encuentra en la sombra. En el modulado del color se acepta el blanco, pero no el negro, ya que este último implica la absorción de la luz y en consecuencia la carencia de color. De esta manera si se trabaja observando cuidadosamente las formas de luz, mediatinta y sombra, teniendo una luz amarilla y una sombra violeta, el pasaje entretejido de estos dos tonos, que ligan los extremos, producirá sensación de volumen. Igual ocurre con la utilización de los intervalos de color  llamados alternos o adyacentes.
Se denomina también modulado al enriquecimiento de una zona de color, la que se obtiene al trabajar por veladuras un mismo color en distinto valor y temperatura, por ejemplo una zona roja, trabajada por yuxtaposición y superposición transparente, de rojo anaranjado, rojo violeta y el mismo rojo mezclado con blanco.





Bodegón. Jesús Balado Paz.






Paul Cézanne. La cesta de manzanas 1890-94.




La perspectiva aérea es la atmósfera progresivamente más profunda que se halla entre el espectador y un objeto alejado y a través de la cual la luz debe viajar, modifica aparentemente los tonos y las relaciones tonales, disminuyendo los contrastes. Los colores cercanos, que vemos como locales de los objetos, cuando están alejados, aparecen como colores de la dispersión luminosa. Así los colores cercanos los notamos como calidad o materia iluminada y los alejados como luminosidad. Esto mismo ocurre con el blanco. La perspectiva aérea es, por lo tanto, la sugerencia de profundidad que produce la distinta manera de trabajar el color, pues la atmósfera modifica color, valor y saturación a medida que, por la distancia, ella se torna más densa, por lo que, los objetos aparecen más pálidos y azulados cuanto más alejados se encuentren del espectador. Los análisis científicos demuestran que la presencia de polvo y grandes partículas húmedas causa una dispersión de la luz cuando ésta pasa a su través.
 El término perspectiva aérea fue inventado por Leonardo, pero el recurso ya fue utilizado por los romanos, por ejemplo, en Pompeya. En la pintura italiana de la época de Leonardo, los fondos aparecen a veces artificialmente azules y, en general, la perspectiva aérea fue utilizada más sutilmente en la pintura del norte de Europa, donde la atmósfera tiende a ser más brumosa. No obstante, hay magníficos estudios de perspectiva aérea en espacios de interior, como los de Velázquez en Las Hilanderas y Las Meninas.







Las Meninas.
Diego Velázquez.







Paisaje en las cercanías de Bolonia.
Frans Koppelaar.

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